Resumen
La atención a la diversidad de estudiantes en los centros educativos es una realidad que llegó para quedarse, los docentes nos vemos impulsados a desarrollar nuevas habilidades para responder con profesionalismo. Compartimos que la educación inclusiva no es un estado sino un camino. En ese recorrido hay avances: atender la diversidad es reconocer necesidades y potencialidades en todos los estudiantes y no solo en algunos. En esta línea, una educación inclusiva supone un enfoque innovador de pensar los procesos de enseñanza y aprendizaje desde el inicio de la planificación. El currículo de talle único comienza a ser modificado por el de talle flexible. Asistimos a un cambio de enfoque donde asumimos la necesidad de adecuar más el currículo y menos el estudiante. Sin embargo, persisten desafíos que nos interpelan: ¿cómo conciliar educación inclusiva con logros de aprendizaje elevados?, ¿todos deben aprender lo mismo?, ¿cómo hacerlo? Los docentes comenzamos a incorporar algunas pistas a modo de hoja de ruta: el diseño universal del aprendizaje como estrategia de planificación para todos, las intervenciones basadas en la evidencia que acercan la investigación al campo profesional y el aprendizaje colaborativo mediante la creación de comunidades de práctica. Adoptar un enfoque de educación inclusiva es un desafío ético además de profesional, es compartir la responsabilidad de un proyecto educativo que transmite valores además de aprendizajes.
Palabras clave: educación inclusiva – diversidad
Ver artículo completo: Balbi, Alejandra