Resumen
En tanto educadores no podemos eludir la discusión respecto a la formación humana, puesto que educar no es otra cosa que formar, y formamos porque entendemos que al nacer llegamos incompletos, hay algo de lo que adolecemos y es la educación en sus diferentes formas la que logra completarnos y por ende la que logra hacer de nosotros humanos. En este trabajo, pretendemos mostrar que la filosofía de la educación puede ser asumida como disciplina y como proyecto ético, político y pedagógico desde el cual formar humanidad. Por lo que se defenderá que es clave para formarse como humano aprender a cuidar de sí (epimeleia heautou), en otras palabras a cuidar el alma y a la vez el cuerpo. El cuidado de sí permite que el individuo acceda a la verdad que se encuentra en su propio ser pero para ello es necesario transfigurarse, modificarse, transformarse, mutar en un ser diferente, y por ende cambiar la perspectiva acerca de sí mismo, de su relación con los otros y de su relación con el mundo. El cuidado de sí es el punto de partida para hacer de las vidas obras de arte bellas, para desarrollar una estética de la existencia tal como le llamara Michel Foucault. Pensar en nuestras vidas como obras de arte consideramos que es posible si abordamos a la filosofía como disciplina, como terapia y como forma de vida.
Palabras clave: filosofía de la educación, cuidado de sí, terapia, vida como obra de arte.